A corto plazo, Reiki «recarga las pilas» del paciente y como tratamiento inicial de emergencia es sumamente eficaz. Esto es debido a que una depresión suele tener como resultado una bajada de los niveles energéticos de la persona.
Una persona deprimida se siente cansada, baja en energías, sin ganas de afrontar el mundo. Reiki canaliza la energía que nos rodea hacia el paciente, aumentando su fuerza personal y sus ganas de vivir y seguir luchando. Al mismo tiempo nos equilibra, permitiéndonos visualizar nuestros problemas en un marco más realista.
A largo plazo, Reiki empieza a trabajar con la causa del problema y no solo los síntomas. Aún cuando la causa parece estar fuera de nuestro control (un problema laboral, por ejemplo), Reiki nos ayuda a cambiar nuestra actitud hacia esa causa.
Desde el punto de vista de Reiki, una depresión no es causada por un problema, sino nuestra actitud frente a ello o nuestra manera de verlo. Lo curioso es que en muchas ocasiones, cuando cambia nuestra actitud, el problema en sí desaparece, aún siendo «externo». Cuando aprendes Reiki, cambia tu actitud hacia la vida y curiosamente, los problemas externos parecen desaparecer también.
Síntomas de depresión
Insomnio: Reiki produce una gran relajación durante y después de la sesión. La mayoría de los pacientes duermen profundamente después de recibir una sesión de Reiki.
Ansiedad: Por una parte, Reiki equilibra nuestro sistema energético, ayudando a eliminar esa sensación de ansiedad causada por un desequilibrio en nuestro ser. Por otra parte, Reiki cambia nuestra manera de afrontar nuestros problemas y nos permite abordar los desafíos de la vida desde un punto de vista positivo; dejamos de intentar resolver problemas con «dosis de ansiedad».
Cansancio: Como ya hemos mencionado, Reiki sube nuestros niveles energéticos para disminuir el cansancio. Esto a su vez aumenta la capacidad para superar la depresión.
Resumiendo:
Aún cuando se considera una depresión como un síntoma de otra patología (enfermedad, adolescencia, menopausia etc.) Reiki funciona. Ayuda al paciente con el síntoma y al mismo tiempo trabaja sobre la causa.
Reiki funciona de forma independiente de las creencias del paciente y su capacidad de tratar su propia dolencia. Cuando recibes Reiki, no necesitas hacer nada, ¡Reiki lo hace todo! Y cuando aprendes Reiki, empiezas el camino hacia crear tu propia felicidad.