En el silencio de la noche, los guerreros, afrontan sus batallas…
… los sueños no realizados…
… los momentos de cobardía que consiguieron disfrazar ante todos (menos ante si mismos), y el amor…
… amor que con un brillo en los ojos se cruzó en su camino, un amor que les estaba destinado por la mano de Dios y que, sin embargo, no tuvieron el coraje de abordar.
Y prometen: «mañana será diferente».
Pero el mañana llega y también la pregunta que los paraliza: «¿y si todo sale mal?»
Entonces no hacen nada.
Los derrotados son aquellos que no fracasan.
La derrota nos hace perder una batalla o una guerra…
… el fracaso no nos deja luchar.
La derrota llega cuando no conseguimos algo que deseamos mucho. El fracaso no nos permite soñar. Su lema es: «No anheles nada y nunca sufrirás».
La derrota termina cuando volvemos de nuevo al combate. El fracaso no tiene final: es una elección vital.
La derrota es para aquellos que, a pesar del miedo, viven con entusiasmo y fe.
La derrota es para los valientes.
Hoy me siento derrotada…
… cómo te sientes tu?