La esperanza no es fingir que no existen los problemas.

Es la confianza de saber que estos no son eternos, que las heridas curarán y las dificultades se superarán.

Es tener fe, es una fuente de fortaleza y renovación en nuestro interior, que nos guiará desde la oscuridad hacia la luz.

Cuando el amor de tu vida no te quiere, cuando la llamada que esperas nunca llega, cuando no consigues el trabajo que deseas, cuando no recibes la invitación que esperabas… el mensaje no es que no te lo mereces… el mensaje no es que no eres importante… el mensaje es que tu mereces algo mejor. Cada vez que sientas decepción por no recibir lo que deseas o esperas, no lo veas como rechazo o mala suerte… simplemente piensa que es una tremenda oportunidad a algo mucho mejor de lo que esperabas.

La vida esta está hecha de millones de momentos, vividos de mil maneras diferentes. Algunos buscamos amor, paz, armonía. Otros, sobrevivimos día a día. Pero no hay momentos más plenos que aquel en el cual descubrimos que la vida, con sus alegrías y sus penas, debe ser vivida día a día.

Día a día tenemos ese poder, gozando cada momento y regocijándonos con cada sueño.

 

Cuantos sentimientos acuden a la mente de los hombres, cuando su presente es adverso, su futuro se hace incierto y no existe más camino que el que la propia vida pueda encontrar.

 

La esperanza es un sentimiento útil, si es alimentado con ideas y proyecciones objetivas; que con posterioridad somos capaces de ejecutar o poner en práctica.

Soñar, nos permite proyectarnos pero luchar por la vida y por lo que realmente queremos, es lo único que puede traer un cambio a nuestra vida positivo o negativo, en consecuencia a nuestras acciones y las circunstancias de la vida que nos ha tocado vivir.

 

No veamos a la esperanza, como algo negativo por que es un sentimiento innato en el hombre y lo retroalimenta; pero el camino mas seguro para lograr nuestros sueños y lograr el triunfo, radica en un cambio de actitud de la forma que miramos la vida, en generar el valor que solo se cultiva con el tiempo, correr riesgos, asumirlos caernos, levantarnos, perseverar en el sacrificio y finalmente saborear la victoria o perecer en el intento.